—Periodista: ¿Cómo se ha vivido el problema de la alimentación en Venezuela y cómo la ha vivido usted desde la experiencia de atender y tratar de ayudar a alimentarse a personas en condición de riesgo?

—Padre Jesús Godoy: Soy el Padre Jesús Godoy, soy formador del Seminario Santa Rosa de Lima, en El Hatillo, y trabajo en Chacao con personas en situación de calle. Trabajamos con 25 niños y unas 80 personas en situación de calle.

Esta es una iniciativa que ha surgido por la problemática evidente que hay en nuestro país de personas que han tenido que acudir a los desechos para poder alimentarse. Nosotros viendo esa realidad, sobre todo en este municipio y en Baruta, tuvimos que como iglesia ayudar a responder a esta necesidad tan urgente porque vulnera los derechos fundamentales de las personas, en especial el derecho a la alimentación, a tener una calidad de vida y a satisfacer sus necesidades más básicas como la de alimentarse.

Este es un problema que contempla y observa y contempla una realidad muy dolorosa de niños, adolescentes, adultos y también ancianos que no tienen que comer. Algunos de ellos trabajando no tenían que comer, algunos de ellos, niños tuvieron que dejar las escuelas y huir a la calle para que allí pudiesen encontrar algo para llevar a sus casas.

Esto es una cosa muy importante, muchos niños de la calle y adolescentes han dejado su casa porque en su casa no tenían que comer y en la calle encontraban más posibilidad. Incluso llevando a su casa lo que en la calle conseguían, bien sea por la bondad de la gente o por lo que encontraban en la basura. Nosotros queremos como organismo de la iglesia católica, como la iglesia católica misma, fundamentalmente movidos por el amor hacia los demás, ayudarlos a salir de su situación de calle, ayudarlos a tener una estabilidad y garantizar su derecho más básico a la alimentación.

Esto lo hacemos a través del fomento del estudio, del trabajo, a través de la ayuda de colocación de personas que tienen alguna profesión o algún oficio que puedan hacer y bueno, gracias a Dios hemos logrado que algunas personas estén en puestos de trabajo y puedan conseguir algo de comida. También es cierto que nosotros en este programa damos una buena alimentación una vez a la semana que consiste en, cuando los recibimos los viernes en la mañana darles avena, jugo o cualquier otro alimento. Luego hacia las 11 de la mañana damos un plato fuerte con proteína, carbohidratos y damos para que ellos se puedan llevar para la cena unas arepas y unas frutas.

Sabemos que no queremos que esto sea mantener la indigencia, nosotros tenemos un único objetivo, que salgan de la calle, pero también es necesario dar este aporte en alimentación. Hemos tratado casos de niños recién nacidos con desnutrición y gracias a Dios hemos conseguido gente que nos ayude a encontrar las fórmulas para ellos. Hemos tratado también casos serios de personas adultas con desnutrición porque esto nos ayuda a nosotros a dignificarnos, a garantizar un buen crecimiento, nos ayuda a evitar enfermedades, entonces bueno lo hacemos siempre en nombre de Dios y con la ayuda de tantas personas que colaboran.

—Periodista: ¿Cómo ayudan a las personas que están en situación de riesgo, cómo es esa colocación de la que habla?

—PJG: Nosotros hacemos una ficha, esa ficha nos revela todos los datos de esta persona y con la ficha podemos ver la posibilidad que tiene de salir de la calle. Siempre todos tienen una gran posibilidad y después de esa ficha les decimos que vayan pensando en un empleo, buscando, hablando con la persona. Les hacemos un currículum, les damos ropa, les damos la posibilidad de que tengan una buena imagen para que vayan a una entrevista, entreguen su curriculum y de esta manera empezar a trabajar. Han sido ubicados como maestros de panaderías, ayudantes de cocina, atención en barras de restaurantes, asistentes de mecánica, vigilantes, jardineros.

Periodista: ¿Toda la gente que llega a usted aquí lo hace por hambre? Antes la mayoría tenían algún trastorno o problema familiar…

—PJG: La gente llega porque tienen una gran necesidad de alimentarse. Una gran necesidad de conseguir en la calle comida, porque en la casa no tienen y en la calle encuentran. Llegan aquí también producto de la droga, hay mucha gente en las calles como consecuencia de la droga, pero hay muchos otros que llegan por situaciones muy duras, entre ellas la pobreza extrema.

—Periodista: ¿Cuándo son casos como el de Janely que ha recibido ayuda para que sus hijos vuelvan a la casa, cómo es su intervención?

—PJG: El hogar, la familia y la casa es el mejor lugar de protección, luego nosotros pensamos que estar en la casa es lo mejor. También ayudando a soportar y a contener algunas situaciones por las que ellos se fueron del hogar, como el hambre, no tener productos básicos. Hemos ayudado a que ellos puedan estar en una academia de futbol, hemos ayudado a que se inscriban en un parasistema. Estamos tratando que hagan un curso que les ayude un oficio y puedan tener un trabajo.

—Periodista: ¿Cómo sostener una actividad como esta cuando en la actualidad es un hecho que ni siquiera alguien con un sueldo normal puede costear su alimentación?

—PJG: Lo hacemos a través de la ayuda y de la buena voluntad de los católicos. Buscamos a las personas y les decimos a ellos que nos ayuden, hay muchas instituciones que nos ayudan como el Panabus, como la gente de Esperanza Tricolor y son aliados que han aparecido. También gente de fuera nos está echando una mano. Siempre es necesario contar con más ayuda, cada vez es más difícil pero aquí estamos.