Descripción
Cristóbal Ramos
Padre de Cristian Ramos, asesinado el 25 de enero de 2019 en el Caserío El Bosque, en El TocuyoAudio completo y transcripción de la entrevista realizada por Keren Torres Bravo
Nombre del entrevistado: Cristóbal Ramos
Fecha de nacimiento: No informa.
Edad al momento de la entrevista: 63
Género: Masculino
Nivel de educación: Ninguno
Ciudad: El Tocuyo
Municipio: Morán
Estado: Lara
Región: Centroccidental
¿El entrevistado es víctima directa de algún incidente relatado?: Sí
Fecha o rango de fechas del incidente mencionado en la entrevista: 25 de enero de 2019
Temas de derechos humanos relacionados: Vida, Participación política
Tipo de violencia (si aplica): Física, psicológica, social, política
Agresor: Organismo policial
Consecuencias de los hechos relatados: Físicas
Transcripción
Primera parte
Mi nombre es Cristóbal Ramos, padre de Cristian Alejandro Ramos. Vine a saber de que a mi hijo lo habían matado en Santa Marta, porque me llamó el cuñado a un amigo mío, y dijo pues, que lo habían matado, un grupo de FAES, entonces bueno, me dirijo, me fui, como soy del campo, me fui a decirle a un amigo mío que me trajera y luego me trajo, me trajo hasta aquí a Barquisimeto, pero cuando veníamos llegando a Guarico, llamó a mi nieta al cuñado y le dijeron que no llegáramos a El Tocuyo, porque eso dizque estaba full de gobierno ahí. Cuando llegamos, ya viniendo por ahí vía El Tocuyo, volvió a llamar, y ya el cuñado dijo que podíamos llegar… Eran como las 11 creo, como a las 12, llegamos a El Tocuyo, bueno nos dijeron que lo habían matado, me vine a Barquisimeto, me quedé en casa de una hija, al otro día fuimos a El Tocuyo, para Quibor y el muchacho que tiene la nieta mía. Luego me vine a la morgue, hice la diligencia con la urna y la cosa, me lo lleve para El Tocuyo, para la casa donde él vivía, ese otro día lo enterramos.
Cuando hubo el entierro empezaron a decirme los amigos en El Tocuyo que los había matado el FAES y el funcionario de la PTJ, a uno que le dicen El Bomba y el otro La Nariz, el Narizón, entonces yo pues, que voy a hacer, lo mataron, yo no conozco a ninguno de esos funcionarios. Bueno, me pongo a pedirle a Dios que me diera algo para ver si se hace justicia, hacer justicia, porque yo no quiero venganza, quiero justicia.
No, que los grupos del FAES estaban en la casa de la alcaldesa y como yo no sé nada, bueno, ahí me llegó el doctor Guillermo Palacios, me llegó a la casa de la señora Judith, venimos, demandamos aquí, venía la señora Judith con nosotros. Luego, cuando veníamos a denunciar acá al Tribunal, a la Fiscalía 21, vino el primer día entonces nos dijeron que viniéramos, ella y yo, después se relacionó con la señora alcaldesa y le dijo que nosotros estábamos que según, yo que era un izquierdista, yo no soy izquierdista, yo no soy de ningún partido, yo lo que quiero es justicia para mi hijo, y quiero el que me ayude ese es un justiciero, yo lo que quiero es justicia, primeramente Dios.
Creo que tiene que haber justicia, porque mi hijo no tenía entradas en la policía, mi hijo no tenía nada en su vida, lo que le gustaba era trabajar.
Entonces fui y le dije que íbamos a venir y me dijo que no, que la señora alcaldesa que le había buscado una abogada y que a ella le dieron televisor, le dieron bombonas, le dieron no sé qué más, una bicicleta, le dieron de todo a esa señora. A mi según, a ella yo no la conozco, a la señora alcaldesa yo no la conozco, según me dijeron unos allá vecinos, que ella me iba a pagar por los gastos que yo había hecho por el muchacho, y yo le dije que yo no necesitaba de eso, así se los dije yo a los muchachos allá, yo no necesito de eso porque yo, esa plata que estoy gastando, era porque iba a ir tres hijos míos, dos de la señora y el que está en El Tocuyo que tiene 18 años y otro se llama Cristóbal, igual a mi nombre, y el se llama Cristian Alejandro y el otro se llama Alexandre José, estaban haciendo la diligencia para irse para Perú, porque yo tengo una hija también en el Perú, porque usted sabe que aquí en Venezuela no hay futuro para los jóvenes, estaba haciendo la diligencia para que se fuera para Perú con ellos. Y me dijo: No, paíto, yo quiero sacar el bachiller y le dije, no hijo, si se llega el 15 de marzo y usted no va a sacar el bachiller este año, tiene que lograr este tiempo que te vas a ir con tus hermanos. Entonces me dijo sí paíto, entonces hágame la diligencia. Estábamos haciendo la diligencia y todavía estoy haciendo la diligencia para los demás.
-Usted pide justicia
Claro, pido que haiga justicia. Pido que se investigue esto, la alcaldía ¿por qué, por qué ella entonces está comprando a la gente con bienes, con cosas materiales? Por ejemplo yo no la conozco, ni me ha dicho nada, pero según eso, porque ya la señora venía con nosotros, entonces le regaló todo eso, ah, y que le buscó trabajo, y que le va a arreglar la casa. ¿Por qué no se lo había hecho antes? Eso es lo que yo exijo, por algo debe ser. Entonces tiene que haber justicia. Yo lo que pido es que ella declare, que ella no tiene la culpa, que ella no los mandó. Allá dirán ellos, porque sé que la señora misma, la señora Judith, me dijo a mi, que el Bomba y el Narizón, que tampoco los conozco, me dijo a mi que esos funcionarios que habían jurado matarle a sus hijos, y figúrese donde llegó, mi hijo era amigo de esos muchachos, que tampoco son criminales, lo único que tenían una entrada era por Mercal, que le robaron ahí, eso únicamente tenían los dos hijos de ella y eran muy amigos de mi hijo. Y yo le decía a mi hijo que no se reuniera con ellos porque tenían problemas con la justicia. Hasta que llegó ahorita esa cosa por las manifestaciones que hicieron ahí, ahí llegó el FAES, dicen que fue la señora alcaldesa, porque ahí fue donde los vieron y de ahí fue donde fue que salió el FAES, pues. Todo el mundo en El Tocuyo, nadie es un secreto, porque todo el mundo lo dice, todo el mundo sabe que de allá salieron.
-Cuándo reconoció el cuerpo de su hijo
El tenía el cuello partido, el cuello partido quí, tenía un coñazo por aquí por la espalda, ese estaba todo moreteado casi por todas partes, con los amigos, el señor Omar ayudó a vestir a los demás muchachos. Uno, el que tenía 18 años, igual que el hijo mío, Anderson, tenía una pierna partida. El otro tenía un rolazo aquí en la cabeza y tenía muchos puntos aquí y el hijo mío tenía dos tiros en el pecho. Los otros que también tenían dos, de eso si soy testigo porque yo ayudé a vestir a mi hijo.
Segunda parte
Cristian le decía que se iba a ir para Perú y que le mandaba plata para que sembrara el café ahí. Si Dios quiere y la virgen si le manda, hijo, y yo me lo traigo para acá, y siempre va cada 15 días a ver a su mamá, porque esa es su mamá.
Entonces, ya pasó, lo mataron, el cemento le sirvió para echárselo a él mismo encima, porque en el cementerio de El Tocuyo no hay arena, la arena tuvimos que llevárnosla (sic) también, no hay… Cuando eso yo no podía ni hablar, él le llevó la cemento y la arena, ahí está él de testigo, esa la había comprado el hijo mío, porque a él lo quería mucho el tío, el otro, Héctor, según Héctor ese muchacho nunca salía de aquí, no le digo que ese nunca estuvo ni en una policía, porque era un muchacho muy obediente, muy inteligente.
Ese muchacho le hacía tanques a la edad que tenía, la piececita de bloques que hizo, más o menos como este cuadrito, para él y para el hermano. Él decía “vamos a hacer este primero, y después hacemos otro”, porque el solar es grande, el solar de la abuela de él, la mamá no tiene. El decía yo le voy a hacer un cuartico a Omar y un cuartico para mi, porque soy un varón, tengo 18 años, si me jayo (sic) una novia por ahí, haiga (sic) donde meterla siquiera.
Sí hijo, esa es una esperanza, trabaje para que tenga, ese nunca estuvo en guarimba, la única vez que estuvo en guarimba, fue cuando le mataron el hijo a Judith, no guarimba, una reunión pues que hicieron protestando la muerte de carajito y ahí que le sacaron la foto según dicen y eso fue hace dos años, y como ellos son amigos, criados juntos, figúrese que al muchacho que mataron, el de Judith, el menor, era de la misma edad que mi hijo. Ellos eran muy amigos, conversaban todo el tiempo, andaban con la Canaima todo el tiempo juntos. Hacían trabajos juntos, estudiantes pues, y según la profesora, la que le dio kínder a Cristian lloró, qué muchacho tan educado, un muchacho muy buen estudiante, no era malcriado, muy obediente me decía ella. La que estaba llorando ahí me dio el sentido pésame, me dijo que denunciara, yo le dije ¿a dónde profesora, si yo no soy nada? Dios lo va a ayudar y me ayudó Dios, porque llegó el doctor Guillermo Palacios…
Que haiga (sic) justicia, que yo no quiero que otro padre de familia, otra madre, vaya a sufrir lo que yo estoy sufriendo.
Yo tengo 16 hijos varones y 5 hembras. Nunca en la vida me han dado ese mal sentimiento de que yo los vaya a ver tan siquiera en la policía, porque nunca he estado en una policía ni viendo a un amigo, lo único es soy campesino, pues, y a mis hijos pues me han dado ese honor de nunca verlos presos, y mis hijas menos, porque una está en La Guaira, otra está en Caracas, otra en Perú, dos están aquí en Barquisimeto. Los otros hijos, unos están aquí en Barquisimeto, unos están en el campo, son hijos de diferentes mujeres, no son hijos de una pura mamá, tengo otros . A todos les he dado su migajita, no mucho, porque yo soy pobre también, les he dado algo, ellos me quieren como su propio padre. Figúrese lo que estoy haciendo aquí.
Hadré (sic) hasta la último, hadré (sic) hasta lo último, para que haiga (sic) justicia para mi hijo.
Entrevistadora: Keren Torres Bravo
Fecha de la entrevista: 20/01/2019
Lugar de la entrevista: Colegio de Abogados de Lara.
Cantidad de audios: 2
Duración de la(s) grabación(es): 7:39; 4:36
Material relacionado: http://vocesdeldesamparo.com/
Cuando hubo el entierro empezaron a decirme los amigos en El Tocuyo que los había matado el FAES y el funcionario de la PTJ… Bueno, me pongo a pedirle a Dios que me diera algo para ver si se hace justicia…, porque yo no quiero venganza, quiero justicia.
Cristóbal Ramos
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